Sencillamente
Crisis internas que terminan en lágrimas envueltas de incertidumbre. Palabras filosas desgarran mi piel, pero me mantengo objetiva y serena. Silencio reparador que calla a la mente tan abusadora. Corazón firme, deseo extasiado y aislado. La tormenta interna susurra en mis venas, lágrimas que se deslizan como secretos no contados. Las palabras, cuchillos disfrazados desgarran mi ser, pero mi alma permanece intacta. En el silencio encuentro mi refugio, un espacio donde mi mente se aquieta. La serenidad se convierte en mi escudo, protegiéndome de la tormenta emocional que me rodea. Mi corazón late con fuerza, pero mi deseo se esconde en la sombra.