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Atardeceres en el living

Los estímulos perturbaban mi mente, y los silencios se hacían ensordecedores, difíciles de esquivar. La nostalgia abandonó mi cuerpo, y el recuerdo de mí misma se desvaneció, dejando un mar abierto de posibilidades donde puedo ahondar en las profundidades álmicas. No hay rencor ni dolor que expresar; hoy sé partir en silencio, guardando palabras que ya no me apuñalan. Contemplo los atardeceres pintando el living de casa con rojos que arden y naranjas que se deshacen. Hoy habito los lugares con el corazón, y encuentro almas rotas que buscan sanar desde el amor. La soledad me abrazó, yo la abracé, y el tiempo se desvaneció.

Caminos

Quema el recuerdo, la nostalgia, las palabras no dichas. Quema el eco de lo que ya no es. Por la noche todo se vuelve más íntimo, más ahogador y latente. Parte de mi se fue, se alejo,mutó. No tuve remordimiento en soltar y dejar atrás tanta vulnerabilidad, inmensidad y dolor. La mente no calla, juzga este sentimiento en vez de permitir sentirlo. Lejana quiero estar de este plano, de este caos que no me permite respirar. Ya no encuentro el camino, solo sigo sin certeza alguna.

Ermitaño.

Quisiera derramar lágrimas, pero hay sequía interna. El pulso no está, el corazón desapareció, y quedó un cadáver sin alma que solo finge vivir. Tu alma apagada no mostró un gramo de piedad, quisiste devorar algo que no podés tragar ni masticar. Quisiste vaciar un alma particular, y volviste a las montañas, solo, sin nada en las manos, con un vacío que no soportás, que te consume en el silencio y te persigue en las noches.

Sencillamente

Crisis internas que terminan en lágrimas envueltas de incertidumbre. Palabras filosas desgarran mi piel, pero me mantengo objetiva y serena. Silencio reparador que calla a la mente tan abusadora. Corazón firme, deseo extasiado y aislado.  La tormenta interna susurra en mis venas, lágrimas que se deslizan como secretos no contados. Las palabras, cuchillos disfrazados desgarran mi ser, pero mi alma permanece intacta. En el silencio encuentro mi refugio, un espacio donde mi mente se aquieta. La serenidad se convierte en mi escudo, protegiéndome de la tormenta emocional que me rodea.  Mi corazón late con fuerza, pero mi deseo se esconde en la sombra.

En blanco

Perturban los pensamientos, me llevan muy hacia dentro. Son puñales, son lágrimas silenciosas y lejanías que carcomen mi alma. El frío recorre mi cuerpo y quema un poco mi cara. La mirada brillosa pero rota. Quisiera hablar pero siento que me clavan una daga filosa en mi espalda que hace que me vuelva más silenciosa. Mariposas muertas en mi garganta yasen,heridas putrefactas siguen ahí, sin poder sanar por cobardía y miedo. La experiencia humana es agotadora y ya no la soporto.

Ecos de lo gélido

Tu alma brilla en silencio y soledad, me han contado tantas falacias, omitirlas será. La sociedad corrompe cualquier alma distinta, corrompe corazones que sienten con euforia e intensidad. No hay arrepentimiento,mis manos valen más que apellido. Los lamentos se volvieron ecos escasos de sentido. Carne y agua somos, de la tierra venimos, de nuestras madres, a ella volveremos.                 Corazón errático y el Ermitaño