Murió una parte de mi. Me desconozco en lo personal pero no en lo emocional. Soy un alma atrapada en un cuerpo tajado. Cada grito, lágrima y dolor evaporó mi esencia, apuñalo a mi ser hasta hacerlo sentir insignificante. Lágrimas siguen cayendo, este corazón se volvió hogar de otros corazones rotos. Todo este dolor no deja de nublar. Quisiera ser y no puedo. Quisiera parar y no puedo. Cada aliento es un recuerdo de que estoy viva. Mi alma solo busca tranquilidad. Solo queda habitar este cuerpo vivo con un ser muerto que despierta cuando las pesadillas perturban.
El silencio se hizo carne en mi, mi llanto se volvió cenizas, mis recuerdos solo son un residuo de lo que fui. El miedo consume mi valor. La ira se desprendió de mi dejando en su lugar un hueco muerto y amargo. Mis raíces se pudren en un sin fin de malas decisiones. Mí espíritu cada vez se aleja más del plano terrenal, absorbiendo cada incandescencia que suele verse en este pozo. Ajena al entorno, a la vida,mi vida, ajena a mí.
Semilla interna que cae, pecho abierto, expuesto en máxima vulnerabilidad. Raíces yasen de mí cuerpo muerto y dan vida al abismo que me habita. Canal que fluye, canal que no se cierra ni corrompe. Soy marea violenta que avasalla toda tu oscuridad interna, soy río que transita emociones turbulentas sin pedir salvación. Soy el silencio que te arranca la piel y te carcome vivo. Soy alquimica, prendo fuego almas que toco sin pedir permiso. Soy oráculo,soy danza, soy marea que no se contiene
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