Dulce adiós.
Recupere mí voz después de tanta turbulencia emocional.
Después de estar sentada en un círculo vicioso rodedo de vidrios rotos, me anime a salir de ahí aunque me cortara un poco.
Abri mis cortinas, así penetra las luces brillantes del sol y despedi por un tiempo a la oscuridad que tanto tiempo me acompaño. Abrí la ventana así renueva el aire, puse música y dejé de querer buscar pedazos rotos de vidrios que encajen con otros pará aceptar mí aprendizaje y soltar todo lo que tenga que ver con mí pasado.
Tomé el escobillón, junte con una pala todos esos recuerdos en el piso y los tiré. Brotaron lágrimas de mis ojos al ver qué después de tanto dolor pude reconstruirme internamente.
Salí, me rodee de inmensidad y claridad. Aunque a veces me visita la ansiedad aprendí a escucharla, darle un abrazo y entender que no es mí enemiga. Tuve que decirle que por más que me quiera proteger, llegó el momento de que lo haga sola, confiada y segura.
Saludo mí presente y le doy un dulce adiós a un pasado catástrofico.
Comentarios
Publicar un comentario