Caos
La angustia asfixiante llega y oprime mí pecho.
La angustia no me ha derrotado pero si está en la búsqueda de escarbar en lo más íntimo de mí para no irse.
A veces siento que ella se enamoró de mí, ella me persigue, me acosa hasta que sedo sobre su sed.
Tengo veintitrés años y mis ojos solamente han observado los escenarios más caóticos y turbulentos.
Mí corazón ha sentido cada puñal y cada desmoronamiento interno.
Señor, estoy cansada de danzar en esta realidad tan galopante y sin sentido.
Señor mí alma se desvanece y me hace perder mí identidad.
La tranquilidad suele invadirme pero la ansiedad la moviliza y parte de mí.
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