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Mostrando las entradas de enero, 2025

Visión putrefacta

El día pesa como un párpado cerrado, y en la piel se hunde la marea de un gesto quieto. Mis manos sostienen el rostro, pero el rostro no sostiene nada. Algo en mí se descascara en el aire, como un rezo mudo, como una grieta que nadie nombra. Soy la espera detenida en la pupila, la sombra que se acuesta en mis pestañas. No pregunto, no respondo, solo miro el vacío y él me devuelve la forma de mi propio exilio.

Danza

Entre el ojo humano y las miradas aduladoras de mente, pretendo correr sin mirar donde han quedado mis cenizas y sin escuchar sus subitas lenguas. Encontre la paz en un campo de tulipanes, sus pétalos olían a libertad y mi espíritu se expandió por todo el lugar. Siento tanta paz que aturde. Siento como mi corazón se abre y cierra, siento como la sangre late dentro de mi produciendo calambres en el espíritu. Mi alma baila con llamas extenuantes, se expanden hasta consumir lo impuro. Limpia toda sentencia de dolor permitiendo el descanso.

Hostilidad

Rondando en la hostilidad del mundo observo rostros molestos y ausentes. Veo corazas, veo heridas,veo tanta sangre en el suelo.  Los corazones no palpitan, la individualidad es tan extenuante y creciente en este lugar. No hay humanidad, no hay amor, no hay compasión, ni sensibilidad. ¿Que deparara en las almas de los sensibles? Quemarnos en el fuego celestial para sentir que estamos libre de todo pecado. Quemarnos para renacer de los llantos. Quemarnos vivos para sentir. Renacer en la hoguera que nos da conocimiento y nos permite abrazarnos aceptando lo que somos.